Un ojo, secreto
Dos ojos, verdad
Tres ojos, desconfianza
Cuatro ojos, relación
Secreto, mil bocas
Verdad, ninguna boca
Desconfianza, tus dientes en mi boca
Relación, mi boca en tus dientes
en el acto del amor
sopla mi rostro
me siento volar
en el protocolo del sudor
sopla mi rostro
me siento ahogar
Chasquea la pólvora
expedida por el odio
el agujero de la ropa
que ningún roedor creó
Así, el agujero de medio dedo
vierte tus memorias
sobre el suelo pulcro
de tu intención
de vivir
extraño pudor
constante sudor
el sentir lo mismo
en un evento
tan personal
tan masivo
Un año más, un trazo más en la piel, un punto más en la pupila y algunas palabras muertas por respeto y desprecio. -Quiero saltar, jugar, reir, llorar, mover, dormir, sentir, probar, abrazar, besar, no morir. Me ha tomado tiempo darme cuenta de que no estoy solo.
La eternidad es una serie de vidas
La vida es una serie de coincidencias
una batalla de
una maravilla de
sangre y dolor
varias uñas sin piel
caprichosas, inmaduras,
masoquistas, divertidas,
esta queratina sonríe
simulando almas humildes
que sólo grita
cuando las uñas
me muerden
y me excitan...
de piel a piel
brinco sobre un sol
como un pogo
una esfera radiante
de idilios innombrables
y me escupen de
piel a piel
vuelvo a caer
como un ogro
bañado en sudor
que escapa
y vuelve a casa
y la piel está muerta
y nadie me ama
y nadie me atrapa
y todos me riñen
y de piel a piel
brinco, caigo,
me enveneno,
lo siento.
tu mano sobre mi piel
cual amanecer a la luna
adora, susurra y acaricia
bajo los deseos de tus
deidades románticas
ese voyeur que solo mira
y sonrie con un dolor
de un amor que se extinguió
-estereotipos infundados-
agitas tu cabeza
queriendo despertar
fabricando tu reino
de sueños y fantasías
¿qué no ves que
mi almohada está
llena de tu
piel?
ansío el encuentro del evento gris
de la plata caída en manos ancianas
cuando el sol se oculta
y su compañera me baña
dios te bendiga
por creer en mí,
por dudar de él
y por no dormir
el nervio es la flecha de mi bien
que se levanta cuando nada es amable
emocionando a esta vieja emoción de sed
de beber el fuego del juego
mientras el nervio se ríe de mí
jadeando las preguntas de mi sien
los destellos honrosos del evento del placer
el nervio es parte de mí
se levanta cuando dejo de existir
y me aparece inmortal e inmoral
el nervio dejó de existir
y todo se rompe a mi alrededor
los dedos colapsan en un ardor
y todo se empeña en hacerme entender
cuando los niños sonríen bien
los inviernos llorarán al sol que está
y todo busca un mentor,
un padre que les diga qué ser
y todos deciden que debo entender
Cuando el ruido se hace ruido, empieza la cuenta regresiva, dentro del caracol.
No creí terminar así. Todas las noches me llamaba. Gritaba mi nombre. Si dejaba que me consumiera el silencio, podía escuchar el aire a través de sus brazos. Me miraba y veía la luz rasgar el cielo. Pasaba horas y horas queriéndolo tocar. No había nada más que hacer desde esa mañana. Lo recuerdo como si hubiera sido hoy. El placer de verla, de sentir su cuerpo. Pero ¡ay de mí! Tenía que entrar el sacerdote justo en ese momento. Ni siquiera tuve tiempo de probar su sangre. Si hubiera luchado, si no hubiera sido valiente. Habría escapado y no me habrían encerrado allá arriba. Y no estaría aquí abajo. Si hubiera sido cobarde, no lo hubiera volteado a ver. Sabían que este era MI castigo. Pero ya nunca más. Nunca más me hablará, ya me lancé por la ventana y toqué ARRANQUÉ- ese crucifijo que me juzgaba. Ahora está roto. Ahora estamos rotos.
un esquema en mi piel
trazos en papel
un evento y deshacer
el oscuro trazo que queda en mí
la dicha gritará
quién es este que que está en mí
quién es este que sopla en mí
un latido y serás.
Te regalo una lágrima: todo dolor tiene que ver con un fluído.
Cada uno de mis corazones
Laten sin cesar
Gritando por mi atención
Lloran con sus líquidos vitales
Se transportan, pequeños, como la pupila del espejo
Atravesando neuronas, desgarrándolas.